En los últimos años, una droga ha encendido todas las alertas en nuestro continente y, particularmente, en los mercados estadounidense y canadiense. En esos dos países, el fentanilo se ha convertido en una verdadera pesadilla para las autoridades. Hoy amenaza con extenderse más al sur de la región, y nuestro país no es ajeno a esta verdadera emergencia, como ha quedado demostrado en los últimos operativos antidroga en el Conurbano bonaerense.
Pero ¿qué es el fentanilo? Se trata de un opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 por ciento más potente que ella. Los opioides son una clase de drogas que se encuentra en forma natural en la planta de amapola. Mientras el opio se obtiene de manera natural de la amapola, otras sustancias, como la morfina o el fentanilo, deben ser sintetizados químicamente en el laboratorio. Este último es considerado uno de los medicamentos más eficaces para controlar el dolor agudo e inducir la sedación, especialmente después de una intervención quirúrgica. Se lo puede suministrar en forma inyectable, como parche que se coloca sobre la piel o en forma de pastillas.
Lejos de sus usos médicos controlados, el fentanilo puede provocar fallas en la capacidad respiratoria y reducir el grado de conciencia del consumidor. En los últimos años, esta droga se ha convertido en una de las más demandadas del mundo. Se la comercializa por los canales propios del crimen organizado, pero también por medio del comercio electrónico y de la llamada deep web o dark net, la “internet oscura”.
Tal como ilustra en su página web el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE. UU., “el fentanilo sintético se vende en forma de polvo, vertido en gotas sobre papel secante, en envases de gotas para los ojos o en rociadores nasales o pastillas parecidas a las de otros opioides recetados”. Algunos narcotraficantes lo mezclan con otras drogas, como heroína, cocaína, metanfetamina y MDMA.
EL DESEMBARCO DEL FENTANILO EN LA REGIÓN
El fentanilo es barato y tiene un efecto inmediato, poderoso, pero también letal. En EE. UU., el consumo de esta droga se ha extendido en los últimos años. Mientras en 2010 el fentanilo era responsable del 14,3 por ciento de las muertes relacionadas con el consumo de oipioides, en 2017 esa proporción trepó al 59,8 por ciento. El fentanilo fue responsable del 84 por ciento de las muertes por sobredosis. Entre abril de 2020 y abril de 2021, se cobró más de 100.000 vidas en el país.
La situación es similar más al norte, en Canadá, donde la mortalidad por el uso de este tipo de sustancias se disparó: de 20 muertes por millón en 2000 pasó a 118,3 en 2017. En la Columbia Británica, provincia cuya capital y mayor urbe es Vancouver, ese índice trepó a las 215 víctimas por millón. Las autoridades aseguran que la crisis explotó después de 2015 y hoy se ha convertido en una verdadera “emergencia sanitaria”.
¿Cómo llega esta droga al consumidor? Existen distintas rutas: la terrestre, la marítima y la virtual, a través de la “internet oscura”. El fentanilo es transportado, por vía marítima, desde China hasta los puertos mexicanos ubicados en la costa del Pacífico. Allí, la corrupción y el control ejercido por los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación les ha permitido hacerse con el control de este lucrativo negocio ilícito. Desde allí, por vía terrestre, llega a los mercados de consumo en EE. UU. y Canadá.
En Argentina, acceder al fentanilo no es tan fácil como en aquellos países. Esta sustancia no se vende directamente al público en farmacias, sino que sus importadores la comercializan con hospitales y sanatorios. Sin embargo, la situación comienza a salirse de control, el fentanilo empieza a circular ilegalmente y sus efectos preocupan a nuestras autoridades.
Fuente: Infobae