Especialistas afirman que el CBD o Cannabidiol puede llegar a bajar el ritmo cardíaco y tiene relativa seguridad y eficacia para ser utilizado pacientes con enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, los expertos advirtieron que se debe analizar el motivo de su prescripción y verificar su formulación, aunque no se prescriba para estas afecciones.
”El THC suele tener efectos pro arrítmicos, puede llegar a dar hipertensión y en general no suele ser la sustancia más recomendada en pacientes con cardiopatías. En cambio, el CBD tiene efectos de mayor relajación, incluso puede llegar a bajar el ritmo cardíaco y se ha visto que en los pacientes cardiovasculares tiene una relativa seguridad y eficacia para ser utilizado”, señaló la médica cardióloga Casandra Godoy Armando, miembro del Comité Asesor (exdirectora) del Consejo de Aspectos Psicosociales de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
Además de ser especialista en Doppler cardíaco y Vascular, en la atención especializada en Medicina del Estrés, Godoy se encuentra inscripta en el Registro del Programa de Cannabis (Reprocann), que fue creado con el fin de mejorar el acceso a quienes tienen indicación médica basada en la evidencia científica, a un producto con fines medicinales, de formulación magistral o que se origina en un cultivo controlado de la planta de cannabis.
”No es algo que se maneje en términos de `se puede utilizar o no´. Primero hay que ver el motivo por el cual el paciente tiene indicado el uso de cannabis medicinal y después hay que ver la formulación. Porque las plantas de cannabis tienen un gran número de cannabinoides que, a grandes rasgos, se pueden dividir en dos, el THC o Tetrahidrocannabinol y el CBD o Cannabidiol, que son sustancias que producen efectos químicos diferentes en el cuerpo”, aclaró la médica.
Además de la dosis de CBD recomendada en el uso de pacientes cardíacos, la especialista remarcó la importancia de tener encuenta la forma de consumo que tiene el paciente. ”Porque no es lo mismo utilizar un aceite que se absorbe por vía digestiva, que fumar; en este último caso, el paciente está expuesto a la combustión y allí no sólo hay cannabis, sino también papel, aditivos, químicos, el efecto de agresión física de la temperatura alta del cigarrillo”, apuntó y aseguró que esas formas no las recomiendan.
Otro tema muy importante que tienen en cuenta los profesionales son las formulaciones artesanales. Cuando un paciente cultiva en su casa resulta muy difícil conocer con exactitud la concentración de THC y CBD que tiene el producto. Por tal razón, Godoy aconseja el uso de las fórmulas farmacéuticas de aceite de cannabidiol puro, con más del 99% de concentración de CBD, con nula o concentración mínima de THC. ”Como están realizados con la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), tienen una concentración estable y conocida de CBD, lo que permite que los profesionales podamos monitorear una dosis estable en los pacientes y sus efectos”, explicó.
Pese a ciertos prejuicios que puede haber en torno al cannabis, Godoy demostró que hay que observarla como el resto de otras sustancias que se utilizan con fines medicinales y terapéuticos en la farmacéutica actual. ”Si es una sustancia que se puede extraer, tiene efectos beneficiosos y puede ser utilizada para que los pacientes tengan una mejor calidad de vida, son compuestos válidos y hay que aceptarlos”, concluyó.
Fuente: La Voz