El desarrollo de electrodos digitales inteligentes ha cambiado la forma en la que medimos el pH, la conductividad y el oxígeno disuelto. Cables con longitudes de hasta 30 metros hacen accesibles ahora los puntos de medición más complicados.
El reconocimiento automático de electrodos y los datos de calibración almacenados ahorran tiempo y ayudan a evitar errores.Los usuarios comparten sus experiencias en este informe.