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Biotecnología: un rubro que no para de sumar empresas y atraer inversiones al ecosistema de las startups

Los fundadores de las empresas Kresko RNAtech y de DETx MOL dialogaron sobre la innovación en el segmento biotech. Dos historias con puntos similares y también con diferencias grandes.

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La biotecnología está considerada en la actualidad como uno de los sectores de mayor riesgo para las inversiones de capital, según los expertos que siguen la evolución de S&P Biotechnology Select Industry Index. Los fondos de venture capital señalan que la tendencia a la baja se inició a principios de 2021 y todavía continúa.

Sin embargo, estas estadísticas no desalientan a los emprendedores que siguen fundando startups biotech y apuestan a dar en la tecla con productos innovadores. El aporte de estas empresas no se limita ya a la medicina, sino que se extiende a otras áreas de aplicación muy diversas.

Pero la realidad es que la pandemia le dio un impulso acelerado a la proliferación de compañías de base tecnológica dedicadas a proveer soluciones a problemas de raíz biológica.

Algunos de estos casos lograron visibilidad durante el Santa Fe Business Forum, que se llevó a cabo la semana pasada en Rosario. En ese marco, Ámbito dialogó con fundadores de dos empresas biotecnológicas, que tienen la particularidad de representar modelos diferentes de gestión. Uno remite al recorrido tradicional de las startup que van avanzando a partir de rondas de inversión semilla. Y otro que muestra un estadio posterior, que implica un salto a la categoría de Pyme biotecnológica.

Caso I: ingredientes para mejorar la adaptación del cuerpo al medio ambiente

Kresko RNAtech es una startup de biotecnología fundada por emprendedoras rosarinas a fines de 2021 que desarrolla ingredientes naturales a partir de moléculas extraídas de los alimentos, que tienen beneficios para la salud .

“Descubrimos una nueva categoría de nutrientes que llamamos los ARN dietarios y nuestra particularidad es que tenemos la biblioteca más grande a nivel mundial de estas moléculas. Y tenemos una plataforma que combina biología celular, inteligencia artificial y ciencia de datos para predecir a dónde ir a buscar estas moléculas y poder extraerlas de la fuente que son alimentos frescos, que pierden en los alimentos que llegan a nuestra mesa, y también predecir qué función pueden tener”, explicó Carla Borini, una de las socias fundadoras de la startup.

Carla es licenciada en Biotecnología y se doctoró en Ciencias Biológicas. Los mismos antecedentes porta Silvana Spinelli, otra de las fundadoras, que se asociaron con un experto que combina en sus curriculum las carreras de computación y ciencias biológicas.

Kresko RNAtech fue seleccionada por la aceleradora estadounidense IndieBio, la mayor del mundo en biotecnología, para recibir un aporte de capital semilla.

“Nos constituimos hace dos años como inversión local y el año pasado recibimos inversión internacional en San Francisco, Estados Unidos, y estamos tratando de terminar las validaciones de nuestro primer producto mínimo viable que es un suplemento para mejorar la calidad del sueño”, detalló Silvana Spinelli.

“Son ingredientes para el mercado del bienestar en general. Nuestro modelo de negocios apunta a ser proveedores de empresas que luego llegan a los consumidores finales, ya sean de suplementos dietarios, cosméticos, o de alimentos y por qué no algún día a la industria farmacéutica”, añadió.

¿Cuál es la aplicación de los ingredientes que ustedes desarrollan?

“Se pueden utilizar para regeneración, entonces serían útiles en cosmética; o podrían tener funciones de regular el estrés asociado a aumentar los niveles de serotonina, para tratar trastornos del sueño. También podríamos formar parte de la industria de alimentos funcionales suplementando otros productos de la industria con estas moléculas”, dice Carla.

¿Cómo están desarrollando su plan de financiamiento?

“Todavía somos una compañía preseed, recibimos financiamiento por parte de un inversor argentino y el año pasado recibimos una inversión de una aceleradora de San Francisco. IndieBio, que fue el puntapié para poner un pie en el mercado global como el de Estados Unidos. Hoy estamos cumpliendo algunos objetivos que nos habíamos puesto para abrir una ronda seed para principios del año que viene. Durante el foro de negocios pudimos hablar con algunos fondos de inversión para contarles más en detalle nuestros proyectos”, precisó Silvana.

¿Tienen laboratorio propio?

“Podemos desarrollar un producto terminado como el del sueño y hacer un acuerdo de abastecimiento. Pero todavía estamos en una escala piloto. Buena parte del financiamiento seed tiene que ver con ampliar las instalaciones y la infraestructura para realmente poder abastecer la potencial demanda del mercado.
Tenemos dos negocios. Ofrecemos el servicio digital para identificar el nuevo tipo de ingredientes completamente nuevo, Y podemos desarrollar un producto basado en estos ingredientes para las necesidades del mercado de bienestar, o para mejorar la eficiencia de un producto ya existente.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrentan como empresa?

Primero fue explicar esta idea loca y nueva de pensar que una molécula de ARN podría mejorar la forma en que nuestro cuerpo se adapta al medio ambiente. Por eso, el hito primero era validar una ciencia que era super novedosa y disruptiva, Ahora el desafío es comercial, así que armamos un equipo de negocios y expertos en operaciones que vienen de la industria de la tecnología, que es una de las que más sabe cómo levantar capital.

Y otro desafío es comunicar la existencia de un nuevo ingrediente. como pasó en algún momento con el señor que descubrió los probióticos, o el que dijo que el ácido hialurónico te ayuda a la piel. Nosotros tenemos que contarles a nuestros clientes y ellos a su vez a los suyos que existe una categoría nueva de ingredientes que son los ARN dietarios y que no solo resuelven un problema sino que reeducan a nuestras células para que funcionen mejor.

Nuestra tecnología permite potenciar mecanismos de respuestas al estrés. Además del producto para tratar los trastornos del sueño, apuntamos a un segundo gran objetivo que es mejorar los trastornos digestivos utilizando esta tecnología.

¿Y qué dificultades tuvieron que superar desde el inicio de sus actividades?

“No me gusta ver el vaso medio vacío. Sin duda hemos tenido que lidiar con dificultades de ingreso de mercaderías, inestabilidad cambiaria que hace que no nunca sepa cuánto puede presupuestar en sueldos y costos, Pero lo que no te mata te hace fuerte . Somos altamente resilientes y resolvemos los planes en el tiempo que sea necesario”, concluyó Silvana.

Caso II: el paso de startup a una Pyme de biotecnología

DETx MOL S.A. es una empresa dedicada al diseño, producción y validación de kits moleculares para el diagnóstico de enfermedades infecciosas y genéticas en humanos.

La pandemia fue un hito clave para el desarrollo de esta startup fundada por el investigador rosarino Diego Chouhy. Desarrolló un kit para la detección de covid. Pero por carecer de infraestructura para su producción masiva, transfirió su producción y comercialización a Laboratorios Wiener.

Con este antecedente, la startup fue seleccionada por el grupo asegurador La Segunda para un programa de financiamiento. Eso fue en 2015 y a partir de 2018 se selló en una alianza formal que todavía perdura.

“Nuestra empresa no hizo el recorrido típico de una startup, crecimos orgánicamente porque tenemos como socio fundador al grupo asegurador La Segunda. Es poco frecuente en Argentina que una empresa financie en etapas iniciales a otra empresa. Además de la inversión directa de La Segunda, ganamos un subsidio en 2017 de 450 mil dólares de Empretecno. El 80 por ciento de ese dinero se destinó a equipamiento”, relató Diego Chouhy.

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¿Cómo encararon el proceso de financiamiento?

Nos movemos bajo una lógica más de pyme biotecnológica que una startup. Estamos apalancados por La Segunda. Sabemos que salir a buscar capital es un punto crítico, pero por suerte a mi no me tocó hacerlo porque no es mi expertise para nada. Ellos nos aportaron además de fondos, toda la parte administrativa y legal.

¿Y con qué infraestructura cuentan para la producción de los kits?

Por el éxito de este desarrollo, en 2022 La Segunda construyó un laboratorio en el predio sobre la autopista Rosario-Buenos Aires de 400 metros cuadrados donde hacemos toda la parte de desarrollo que es el core principal de la empresa. Ahora somos 13 personas. En la pandemia, cuando hicimos el kit de covid éramos tres personas.

¿Ya generan ingresos por ventas?

Todavía no. Por ahora sólo recibimos aportes mediante préstamos generados internamente por La segunda. Y por un tiempo más va a seguir así. Este año pretendemos dar los primeros pasos en la comercialización. Cuando hicimos el kit de covid para laboratorios Wiener recibimos regalías por las ventas, pero fue algo puntual.

¿Cuántos productos tienen disponibles?

Ahora tenemos en desarrollo 17 productos distintos, hay algunos ya aprobados por Anmat, otros esperando el registro y otros en proceso de validación. Los vamos a estar finalizando este año para tenerlos disponibles para comercializar a partir del año que viene.

Tenemos un primer kit aprobado por la Anmat. Y ahora estamos en proceso de producción y de inicio de comercialización. Iniciamos el registro de otros dos kits más, uno de ellos es el de hpv para diagnóstico del virus del papiloma humano para evitar el cáncer de cuello uterino. Se va a usar como una herramienta de reemplazo del papanicolau. Es un formato novedoso que reemplaza parte de lo que se importa y luego se exportará. También empezamos a desarrollar una serie de productos para seguridad alimentaria. Por ejemplo, productos cárnicos.

¿Prevén exportar sus productos en algún momento?

Primero queremos desarrollar la experiencia en el mercado local y luego iniciar la internacionalización. Queremos validar nuestro proyecto acá mediante las ventas en el país. La validación internacional es similar a la de acá, con algunas diferencias, pero eso nos ayudará a decidir a qué mercados apuntaremos cuando nos decidamos a buscar otros mercados.

Fuente: El Cronista

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