La reacción química, conocida como Reacción de Maillard, entre aminoácidos y azúcares reducidos, entrega a la cerveza los matices café y ámbar que ya conocemos. El color es importante no sólo por el efecto que tiene en la anticipación sensorial del sabor de esta bebida, monitorear el color también ayuda a diagnosticar si hubo problemas durante la producción de la cerveza.

Para mantener la misma calidad alta en la cerveza, lo que a su vez, hace que se mantenga el mismo color único durante todo el proceso de producción, las tandas deben ser analizadas regularmente para cumplir con los estándares. Una ruta de trabajo popular y confiable para los fabricantes de cerveza es el uso de un espectrofotómetro para analizar la consistencia.

El espectrofotómetro usa una longitud de onda de luz discreta para determinar la concentración de un cierto componente en una muestra. Los estándares internacionales determinan que el análisis de una cerveza funciona al detectar cuánto del espectro amarillo es absorbido a 430 nm en una longitud de ruta fija de 10 mm.

Para tomar una lectura, una muestra de cerveza descarbonizada, se añade a la cubeta de vidrio, esto se inserta en el espectrofotómetro, donde un rayo de luz en una longitud de onda establecida, pasa a través de la muestra y la cantidad de luz que es absorbida y transmitida por la sustancia, es medida. Mientras más luz sea absorbida, mayor es la cantidad del compuesto que se encuentra en la muestra. La muestra de cerveza debe ser medida contra una muestra en blanco para así obtener una lectura.

Estos equipos pueden medir los 430 nm necesarios, aunque también, se puede utilizar un espectrofotómetro UV-VIS, con el que se pueden, además, medir otros aspectos de la cerveza, como el amargor.

Fuente: Cromtek