Las trazas de partículas en el vino tinto, el shochu (licor japonés similar al vodka), el té verde y otras bebidas pueden influir en los sentidos humanos delicados y, en un sentido más amplio, en nuestro sentido del gusto y sabor. En consecuencia, estas partículas trazas pueden afectar el color, la sensación de la lengua, de la garganta, los dientes y otras características de las bebidas de una manera sutil. Además, debido a que las partículas están presentes en tales cantidades traza, el intento de evaluar el sabor de la bebida o controlar su calidad depende de los sentidos, la experiencia y la intuición de artesanos expertos.
Sin embargo, debido a que el SALD-2300 ofrece una sensibilidad diez veces mayor que los modelos anteriores, puede medir concentraciones tan bajas como 0.1 ppm. En consecuencia, puede usarse para realizar tales evaluaciones de sabor de forma objetiva y cuantitativa. También ayuda a resolver el problema de las diferencias individuales y cómo transferir experiencia a los sucesores.